También nosotros, en nuestras neuronas, tenemos elementos emisores de partículas Sof. La diferencia con las de los sofás es la longitud de onda que tienen, aunque esta, debido a diferentes factores externos, puede ir variando hasta estar en fase con las del sofá, momento en el que quedaríamos atrapados. Ya hemos visto que elementos como los presentadores de programas del corazón logran esto. Ahora, además, sabemos la causa exacta, por lo que ya es posible identificar elementos que acentúen el síndrome del sofá.

Gracias a esta nueva información se realizarán mejoras sustanciales en los detectores de partículas Sof y en breve podrá ser elaborada una lista con todos estos elementos perniciosos.
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