Hace unos días hubo una gran mortandad asociada al telediario. No se sabe bien por qué, pero en unos días todas las noticias de las diversas cadenas emitieron grandes cantidades de partículas sof. Los afectados, al recibirlas, sufrían subidas letales de mala leche y morían. No obstante había una diferencia clave en este tipo de muertes.
Todos los sujetos, al sufrir un exceso de mala leche en sangre, comienzan a agitarse bruscamente. Este hecho puede esperanzar a sus familiares, pues creen que el enfermo está saliendo del agarrotamiento del que es víctima en el campo-S. La realidad es distinta. Tras echar espuma por la boca el sujeto muere, generalmente de un infarto.
La diferencia que hubo estos días de atrás era que los sujetos se agitaba mucho más, apretaban sus puños y gritaban, una y otra vez, “¡ponme cuarto y mitad de casquería!”. La frase descolocó mucho a la comunidad científica, que no fue capaz de asociarla hasta ver las primeras superdensitometrías espectrales del campo de fuerza S. En ellas se mostraba un fuerte incremento de las partículas Sof provenientes del televisor, así como un aumento del campo-S del sofá.
El debate entre expertos ha llevado a la conclusión de que la virulencia y peligrosidad de los noticiarios es extremadamente elevada. La cura, no obstante, parece ser sencilla y ya está al alcance de la mano: Napalm del Doctor Kilgore a todos los directores de informativos. Sin excepción.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario